Hay diversas razones por las cuales los niños no leen, y la principal se relaciona directamente con sus padres. Hay una mala costumbre en los hogares de estar rodeados de televisiones, teléfonos, entre otros aparatos tecnológicos que al parecer son mucho más entretenidos que un libro.
Las estadísticas son las siguientes: En Argentina, el 30% de los adultos no lee junto a sus hijos, mientras que otro 21% no lo hace casi nunca. Por otro lado, la otra mitad de los argentinos sí le dedica tiempo a la lectura con sus hijos, siendo un 9% de los padres quienes declaran hacerlo con ellos todos los días, un 20% dice hacerlo varias veces por semana y otro 20% lo hace al menos una vez por semana.
Igualmente, la mayor parte de los entrevistados confiesan que no les gusta leer con sus hijos y prefieren hacer otro tipo de actividades tales como jugar con la tablet, ver una película, jugar al aire libre, o entretenerse con la play station.
Uno de los problemas de esta falta de lectura es que probablemente un adolescente o niño que este poco acostumbrado a este hábito, tenga inconvenientes de compresión en las materias del colegio.
Nosotros te dejamos algunos consejos a tener en cuenta para incentivar a los chicos con la lectura: en primer lugar, el libro debe ser visto como un juguete, más que nada cuando son muy chiquitos, de esta forma lo verán como algo entretenido para pasar el tiempo. Otro punto esencial es leerles en voz alta y que por supuesto, no sea nada complicado, de lo contrario los chicos pierden interés y dejan de prestar atención a lo que están escuchando.
Por otro lado, hay que inculcarles desde pequeños ambientes como la biblioteca, donde tienen que respetar el silencio por el resto de los lectores. De esta forma empiezan a familiarizarse con ámbitos de lectura, donde a su vez abundan libros de distintos gustos y preferencias.
Suele pasar que en los cumpleaños u ocasiones especiales, a los chicos se les regala juguetes, ropa o juegos tecnológicos, pero nada mejor en estos casos que aprovechar y regalarles un lindo libro, aparte de ser estimulante, se dan cuenta que no todo regalo tiene que ver con lo que están acostumbrados a recibir.